Título : |
Guía teórica y práctica del exportador : La mejor alternativa para las empresas con vocación internacional |
Tipo de documento: |
texto impreso |
Autores: |
Moreno Gormaz, José Eladio, Autor |
Editorial: |
Madrid [España] : Editorial DYKINSON |
Fecha de publicación: |
2008 |
Número de páginas: |
536 p. |
Il.: |
il. : blanco y negro |
Dimensiones: |
23 cm |
ISBN/ISSN/DL: |
978-84-9849-162-3 |
Nota general: |
Cuadros,Esquemas |
Idioma : |
Español (spa) |
Etiquetas: |
COMERCIO EXTERIOR |
Clasificación: |
382 Comercio Internacional |
Resumen: |
Después de la segunda guerra mundial, y con el fin de mejorar las relaciones comerciales internacionales, se firmó en 1.947, en la Habana, el Acuerdo General sobre Aranceles y de Aduana y Comercio, conocido como el GATT (hoy Organización Mundial del Comercio – O.M.C.).
Los principios básicos de este acuerdo fueron:
a) No-discriminación entre países.
b) No realizar prácticas restrictivas para defender las industrias nacionales.
c) Realizar consultas entre los países firmantes del acuerdo.
d) Establecer un marco de negociación permanente, dirigido a la reducción de los aranceles y otros obstáculos al comercio.
Se perseguía por lo tanto la eliminación de cualquier obstáculo al comercio internacional y, muy particularmente, los de carácter aduanero.
Aun cuando España se adhirió en 1963, hasta 1986 en que se produjo la entrada en la Comunidad Económica Europea, en nuestro país las empresas españolas que vendían en el mercado nacional estuvieron fuertemente arropadas por nuestras autoridades monetarias que, mediante la aplicación de un proteccionismo moderado, pretendían fomentar la producción interna y dificultar la introducción de productos extranjeros en nuestro mercado doméstico.
Este proteccionismo se llevó a cabo:
a) Mediante la aplicación de un arancel con altas tasas aduaneras en las importaciones, con lo que se conseguía que muchos productos extranjeros no fueran competitivos en precio con otros iguales o similares fabricados en España.
b) Poniendo barreras a las importaciones, que precisaban de licencia de importación, pudiendo estar sometidas a los trámites de declaración previa, notificación previa e incluso autorización previa.
c) Protegiendo nuestros productos de la competencia de otros similares de determinadas áreas geográficas, cuya importación no estaba permitida.
d) Interviniendo en el control de los pagos al exterior, que podían estar delegados en las entidades financieras y sujetos a verificación o autorización previa del Ministerio de Economía y Hacienda o del Banco de España.
Esta política económica trajo consigo que innumerables empresas, especialmente “Pymes”, se dedicarán a vender en el mercado nacional, sin preocuparse excesivamente de la competencia exterior.
Ante la escasa competencia extranjera, algunas de nuestras empresas no se ocuparon de su expansión exterior y no se abrieron a nuevos mercados pues, en el doméstico, obtenían aceptables márgenes de beneficios sin necesidad de realizar el esfuerzo necesario para ser más competitivos; de hecho, algunas de ellas, no habiendo realizado las necesarias inversiones, ni habiéndose dotado de reservas, con la apertura al exterior de nuestro mercado, resultaron inviables.
Las empresas con inquietudes exportadoras se beneficiaban de desgravaciones fiscales a la exportación y se favorecían de financiación a tipos de interés baratos (Crédito Oficial a la Exportación), lo que permitía la existencia de empresas que vendían en los mercados internacionales, aún cuando la estructura de algunas de ellas no fuera la idónea, ya que en un mercado de libre competencia hubieran precisado de mejoras, especialmente en lo relativo a producción, gestión financiera y comercialización.
Como consecuencia de la entrada en la C.E.E., las empresas que no habían planificado su futuro desaparecieron, muchas de las que tenían una buena imagen o una aceptable red de distribución fueron compradas por firmas extranjeras y hubo otras que, con mejor o peor resultado, se acomodaron a los nuevos tiempos y fueron más competitivas, aumentando su productividad, reduciendo costes financieros, con campañas de publicidad, abriéndose a nuevos mercados, sacando nuevos productos, etc.
La C.E.E. supuso un importante cambio de mentalidad en los directivos de las empresas españolas, que se vieron comprometidas en aspectos tan importantes como la calidad o el medio ambiente, con nuevos proyectos e importantes inversiones, que permitieron que pasadas las dificultades de los primeros años, nuestro tejido industrial se haya ampliado considerablemente y la valoración internacional de nuestros productos haya mejorado sensiblemente.
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Nota de contenido: |
• ÍNDICE GENERAL.
• CAPÍTULO I. Abrirse a los mercados exteriores.
• CAPÍTULO II. La contratación internacional.
• CAPÍTULO III. Legislación y control de cambios.
• CAPÍTULO IV. Los medios de cobro y pago internacionales.
• CAPÍTULO V. Los documentos. La confección de los documentos.
• CAPÍTULO VI. Avales y garantías internacionales.
• CAPÍTULO VII. Financiación en divisas y euros.
• CAPÍTULO VIII. El mercado de divisas.
• CAPÍTULO IX. Los riesgos en el comercio exterior.
• CAPÍTULO X. Financiación de exportaciones con apoyo oficial.
• CAPÍTULO XI. El régimen aduanero.
• CAPÍTULO XII. El IVA en las expediciones intracomunitarias y en la exportación.
• DICCIONARIO DE ABREVIATURAS.
• DICCIONARIO COMERCIAL.
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Guía teórica y práctica del exportador : La mejor alternativa para las empresas con vocación internacional [texto impreso] / Moreno Gormaz, José Eladio, Autor . - Madrid [España] : Editorial DYKINSON, 2008 . - 536 p. : il. : blanco y negro ; 23 cm. ISBN : 978-84-9849-162-3 Cuadros,Esquemas Idioma : Español ( spa)
Etiquetas: |
COMERCIO EXTERIOR |
Clasificación: |
382 Comercio Internacional |
Resumen: |
Después de la segunda guerra mundial, y con el fin de mejorar las relaciones comerciales internacionales, se firmó en 1.947, en la Habana, el Acuerdo General sobre Aranceles y de Aduana y Comercio, conocido como el GATT (hoy Organización Mundial del Comercio – O.M.C.).
Los principios básicos de este acuerdo fueron:
a) No-discriminación entre países.
b) No realizar prácticas restrictivas para defender las industrias nacionales.
c) Realizar consultas entre los países firmantes del acuerdo.
d) Establecer un marco de negociación permanente, dirigido a la reducción de los aranceles y otros obstáculos al comercio.
Se perseguía por lo tanto la eliminación de cualquier obstáculo al comercio internacional y, muy particularmente, los de carácter aduanero.
Aun cuando España se adhirió en 1963, hasta 1986 en que se produjo la entrada en la Comunidad Económica Europea, en nuestro país las empresas españolas que vendían en el mercado nacional estuvieron fuertemente arropadas por nuestras autoridades monetarias que, mediante la aplicación de un proteccionismo moderado, pretendían fomentar la producción interna y dificultar la introducción de productos extranjeros en nuestro mercado doméstico.
Este proteccionismo se llevó a cabo:
a) Mediante la aplicación de un arancel con altas tasas aduaneras en las importaciones, con lo que se conseguía que muchos productos extranjeros no fueran competitivos en precio con otros iguales o similares fabricados en España.
b) Poniendo barreras a las importaciones, que precisaban de licencia de importación, pudiendo estar sometidas a los trámites de declaración previa, notificación previa e incluso autorización previa.
c) Protegiendo nuestros productos de la competencia de otros similares de determinadas áreas geográficas, cuya importación no estaba permitida.
d) Interviniendo en el control de los pagos al exterior, que podían estar delegados en las entidades financieras y sujetos a verificación o autorización previa del Ministerio de Economía y Hacienda o del Banco de España.
Esta política económica trajo consigo que innumerables empresas, especialmente “Pymes”, se dedicarán a vender en el mercado nacional, sin preocuparse excesivamente de la competencia exterior.
Ante la escasa competencia extranjera, algunas de nuestras empresas no se ocuparon de su expansión exterior y no se abrieron a nuevos mercados pues, en el doméstico, obtenían aceptables márgenes de beneficios sin necesidad de realizar el esfuerzo necesario para ser más competitivos; de hecho, algunas de ellas, no habiendo realizado las necesarias inversiones, ni habiéndose dotado de reservas, con la apertura al exterior de nuestro mercado, resultaron inviables.
Las empresas con inquietudes exportadoras se beneficiaban de desgravaciones fiscales a la exportación y se favorecían de financiación a tipos de interés baratos (Crédito Oficial a la Exportación), lo que permitía la existencia de empresas que vendían en los mercados internacionales, aún cuando la estructura de algunas de ellas no fuera la idónea, ya que en un mercado de libre competencia hubieran precisado de mejoras, especialmente en lo relativo a producción, gestión financiera y comercialización.
Como consecuencia de la entrada en la C.E.E., las empresas que no habían planificado su futuro desaparecieron, muchas de las que tenían una buena imagen o una aceptable red de distribución fueron compradas por firmas extranjeras y hubo otras que, con mejor o peor resultado, se acomodaron a los nuevos tiempos y fueron más competitivas, aumentando su productividad, reduciendo costes financieros, con campañas de publicidad, abriéndose a nuevos mercados, sacando nuevos productos, etc.
La C.E.E. supuso un importante cambio de mentalidad en los directivos de las empresas españolas, que se vieron comprometidas en aspectos tan importantes como la calidad o el medio ambiente, con nuevos proyectos e importantes inversiones, que permitieron que pasadas las dificultades de los primeros años, nuestro tejido industrial se haya ampliado considerablemente y la valoración internacional de nuestros productos haya mejorado sensiblemente.
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Nota de contenido: |
• ÍNDICE GENERAL.
• CAPÍTULO I. Abrirse a los mercados exteriores.
• CAPÍTULO II. La contratación internacional.
• CAPÍTULO III. Legislación y control de cambios.
• CAPÍTULO IV. Los medios de cobro y pago internacionales.
• CAPÍTULO V. Los documentos. La confección de los documentos.
• CAPÍTULO VI. Avales y garantías internacionales.
• CAPÍTULO VII. Financiación en divisas y euros.
• CAPÍTULO VIII. El mercado de divisas.
• CAPÍTULO IX. Los riesgos en el comercio exterior.
• CAPÍTULO X. Financiación de exportaciones con apoyo oficial.
• CAPÍTULO XI. El régimen aduanero.
• CAPÍTULO XII. El IVA en las expediciones intracomunitarias y en la exportación.
• DICCIONARIO DE ABREVIATURAS.
• DICCIONARIO COMERCIAL.
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